miércoles, 16 de febrero de 2011

VIRGEN DEL ROSARIO


Fue el 14 de agosto de 1610 cuando en la Casa-Abadía de Guardamar comenzó sus actividades la cofradía del Santo Rosario a instancias del párroco y sacerdote guardamarenco Don Juan Alulayes.

Nuestros mayores se han encargado de mantener viva la tradición que cuenta cómo llegó la imagen la Virgen a nuestro pueblo. Fue en una nave genovesa que, al llegar a nuestras costas con viento favorable, no pudo seguir su camino, y después invocar todos los auxilios humanos no hubo más remedio que suplicar los divinos. Así lo cuenta Josef Montesinos, en su Compendio Histórico del Siglo XVIII, al describir las distintas partes del templo parroquial:"Capilla del lado de la epístola…El magnifico altar de talla antigua dorada, con hermoso camarín, en el que se venera a María Santísima del Rosario, imagen prodigiosa y, muy milagrosa, pues se tiene por cierto que siempre que saca de rogativa por agua; se logra la lluvia. No se reconoce principio de esta divina Señora en esta Iglesia; pues la constante tradición de sus naturales es que más de cuatro siglos hace, que pasando por la Bahía una nave genovesa llevaba pegada en la pared de su oratorio (como se colige de las espaldas de esta imagen) a esta soberana Señora… siendo siempre el consuelo de los hijos y vecinos de Guardamar”


En esa ferviente oración se incluía la ofrenda de su “capitana”, la imagen de la Santísima Virgen que comandaba tal navío. Así que, con dicha promesa, y la intercesión de la Madre del Redentor, después de dejar su codiciado tesoro, se hico a la mar para seguir surcando nuestro dilatado mediterráneo y los embravecidos océanos.

Ellos se hicieron a la mar, y nosotros nos hicimos con la Perla Preciosa, venida por el mar, nuestra Madre y Patrona la Santísima Virgen del Rosario. Desde entonces, y de forma ininterrumpida, permanece junto a nosotros en el devenir y acontecer de las gentes de nuestro pueblo de Guardamar del Segura.

400 años después de este acontecimiento queremos tener un recuerdo para todas aquellas personas que a lo largo de estos cuatro siglos, han sembrado y hecho crecer la devoción y  el amor la Virgen del Rosario en nuestro pueblo; y han sabido conservar la talla de magnífico valor artístico que cuenta, entre otras, con la peculiaridad de mostrar al Niño Dios con la mano derecha y sobre todo  su simbolismo como Madre Inmaculada, Madre y Trono de Dios; estos destellos la convierten en una imagen singular de  María  que irradia paz y serenidad.

¡¡A la Madre invocamos, como Estrella de la Mañana, como Madre del Rosario!!

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